Retomando mi hábito de la lectura —que más que nada me gustaría que se volviera un vicio—, leí este libro hace ya 15 días, pero no había encontrado la inspiración necesaria para escribir una buena crítica de éste. Espero que hoy salga.
Cruel, dura lectura la que se encuentran en Los Demonios del Edén; los vínculos con el gobierno y policía, las humillaciones que algunas de las víctimas, que incluso después de sacar el valor y coraje para interponer una denuncia, soportan a manos de las autoridades, pero sobre todo, los testimonios de los niños abusados.
El caso aún no se resuelve, el gober precioso aún no renuncia y los pederastas aún están en proceso de extradicción, pero el trabajo de Lydia —plasmado no sólo en el libro— ha movido conciencias, reclamando una justicia que muy seguramente llegará.
No apto para todo el público, pero muy recomendable.