Antes de la banda ancha, juegos flash, freeware, juegos indie, hace ya muchos ayeres, la única forma que teníamos los jovenes de sano entretenimiento frente a la PC era obtenido mediante amigos o mediante revistas. Siéntense alrededor de este viejo lobo de mar y permítanme explicarles.
De vez en cuando compraba revistas europeas, valuadas en pesetas sólo por el CD que venía de regalo. Los discos compactos eran aún una revolución tecnológica, los quemadores de discos estaban a algunos años de ser costeables para el consumidor promedio. En dichos discos venían incluidos demos de juegos, que de otra forma serían imposibles conseguir. En uno de estos discos, recuerdo muy bien, venía incluido Doom 95, la versión shareware y Heretic. Por alguna extraña razón, Doom nunca terminó de llenarme el ojo, pero Heretic consumió muchas de mis horas de niñez.
Recuerdo esta anécdota porque de Quake siempre tuve una idea de ser como Heretic, pero chafa. Hoy muchos puristas me echarían al calabozo sin posibilidad de perdón.
Los tiempos han cambiado mucho. Hoy tenemos una variedad casi infinita de opciones para juegos en PC y ahora podremos disfrutar de Quake en flash, corriendo enteramente en nuestro navegador, el año pasado fue Doom el primer port de la época dorada del género.
Desgraciadamente lo que no ha cambiado en lo absoluto es lo fácil que me desespero y la brutal curva de aprendizaje que nunca me permitió hacerme fan del género.
Como sea, ahí lo tienen chavos, Doom puede ser el padre de los FPS, pero Quake es el único que estuvo y permanece vivo hasta el día de hoy.