Esto es importante porque es la punta de la lanza en cuanto a mercadotecnia política se refiere. Evidentemente es EUA quien pone primero el ejemplo —ya lo hizo el año pasado—, pero en segundo lugar yo voltearía a Chile; primero, por el lenguaje y la cultura muy similar a la nuestra; segundo, por su infraestructura, Chile es de los países con mayor índice de adopción de Internet per cápita. Además las elecciones presidenciales son en este año. Este domingo 13, de hecho. Y es precisamente la contienda por el poder ejecutivo la que más suena y mejor nos podemos enterar desde el otro hemisferio.
Veamos uno de los promos.
Sinceramente la parte de la señora con asma tocó una fibra, está muy bien realizado, ambientado y estructurado. En los otros spots se utiliza algún elemento cómico o inesperado, les recomiendo chequen las franjas presidenciales, hay una muy buena muestra de talento ahí.
Ahora, muy probablemente, al igual que yo —si no viven en Chile—, ustedes lo primero que vieron fue la imagen con la que he acompañado este post. Mi primera impresión fue una pose muy arriesgada, muy anti-política, e incluso parece que es de un cantante. Pero en un análisis posterior, es parte de la consistencia. Marco utiliza su nombre y no su apellido para promocionarse, aprovecha su juventud y su calidad de candidato independiente para tener un discurso más fresco y creíble —resulta muy fácil arriesgarse cuando no tenemos nada qué perder—, demuestra su inconformidad con la discriminación hablándole a las personas con capacidades diferentes y algo muy importante, incluye a su familia, no sólo a su esposa —como es una costumbre—, sino también a su padre —al cual su status de político ayuda—.
Su esposa se ha involucrado fuertemente también, pues protagoniza algunos cuantos spots, además de que dado a que se casó con ella cuando ya tenía una hija, Marco le habla también a los nuevos hogares de madres solteras y segundos matrimonios por la triste tendencia hacia el divorcio.
Finalmente, este domingo 13, las urnas confirmarán que Enríquez Ominami quedará en tercer lugar con cerca del 20% de los votos, Sebastián Piñera le lleva casi el doble. No acabé de entender el sistema electoral chileno con la primera y segunda vuelta, pero en cualquier lugar del mundo, una ventaja así es prácticamente irreversible.
Como sea, es una segunda mirada hacia el futuro de la política, con las redes sociales como su principal medio de comunicación y poco a poco se irán abandonando los medios masivos.
Es un muy buen tercer lugar para un candidato independiente, de eso no hay duda.