No soy muy dado a los juegos indie descargables. Es mucho más cómodo jugarlo en el navegador, pero hay cosas que flash aún no puede lograr. Sinceramente me he estado perdiendo de una de las más grandes fuentes de juegos gratis, con conceptos geniales.
En mi afán de darle la vuelta a esta situación, comienzo con Destructivator, un juego del año pasado del que no había escuchado nada, pero tuvo un muy buen recibimiento.
Los controles: flechas direccionales para movernos, Z para saltar y X para disparar. En Destructivator, controlamos a un superpolicía del futuro armado con su automática, a lo largo de 20 niveles luchando contra diferentes enemigos.
Es como los clásicos Mega Man, pero sin power ups. De hecho, el juego es un plataformas/acción reducido al mínimo; salto, armas, barra de energía, vidas y enemigos. Ah, y muchas escaleras.
El concepto sencillamente me encantó. Cero historia, sólo un objetivo: matar. El pixel art está muy bien logrado, la música es maravillosa y el gameplay es perfecto, aunque hay por ahí un par de bugs que en una ocasión hizo que me atorara y tuviera que reiniciar.
La dificultad es alta. No es imposible, pero algunos niveles los harán sudar de más, aventar lo que tengan a la mano —espero no sea su PC—, abandonar el juego un rato y volver cinco minutos después por revancha. La veintena de niveles es perfecta para no quitarnos más tiempo y a la vez sentir que hemos obtenido una victoria bien merecida.
Ahora, el lado triste de la historia. Primero, no hay pausa. Lo peor, presionar Escape nos hace volver a la pantalla principal y no hay forma de volver al nivel que estábamos jugando! Vaya falla horrible del demonio. Al menos están advertidos.
Luego, no sé, sentí que faltaba algo. Saltar y disparar, o disparar hacia arriba, aunque supongo que había buenas razones para dejarlo así. Por último, Destructivator está disponible sólo para Windows.
Fuera de eso, Destructivator es un muy buen juego de acción que los mantendrá ocupados varias horas, les sacará algunos corajes y no podrán soltarlo hasta que lo terminen.
(Perpetrado de Necessary Games)