Desde Septiembre me llamó la atención Puppy Games gracias a un artículo donde el autor describe el esquema de DRM que tienen sus juegos. Me dejó impresionado y quiero que sean más los desarrolladores que dejen de pensar en la piratería y empiecen a pensar en la gente que les da de comer día a día, así que decidí comprarlo lo más pronto posible. De Revenge Of The Titans no sabía nada y debido a mi aversión por los juegos de defender la torre/castillo/letrina, muy probablemente me hubiera echado para atrás. Pero hace poco más de una semana llegó The Humble Indie Bundle #2 y por los $10 dólares que pagué, tan sólo Braid ya había desquitado el valor. Revenge Of The Titans fue tan sólo un extra, que irónicamente es el que he terminado jugando más.
Como lo mencioné, el objetivo del juego es defender nuestra base de los titanes; seres violentos que han empezado a invadir cada uno de los planetas del sistema solar. Para defendernos sólo contamos con lásers, pero conforme vayamos avanzando y juntando dinero, podremos comprar nuevas armas, defensas y complementos.
He encontrado dos detalles clave que lo hacen diferente de un juego normal del género. Primero, la forma principal de obtener recursos no es eliminando enemigos. En cada nivel hay minerales, a los que tenemos que ponerles fábricas para extraerlos. Y en segundo lugar, y más importante: nuestras armas no tienen upgrades incrementales y están bien diferenciados. Es decir, no ponemos una torre y luego la podemos convertir en una de fuego, hielo o electricidad. Una torre dispara lásers y hasta ahí, los upgrades son complementos que se adieren: una torre de sensores aumenta el rango, una enfriadora reduce el intervalo entre un disparo y otro, la batería permite tener más municiones y el reactor hace que el tiempo de recarga se reduzca. La diferenciación también está bien marcada: los láser básicos, los que disparan como metralletas, los que son más fuertes, los que detienen temporalmente a los enemigos, por citar algunos ejemplos.
Revenge Of The Titans es un juego desarrollado por un experto. La mecánica es altamente adictiva, el nivel de frustración es alto, pero es fácil bajar la dificultad —aunque el juego te motiva a no hacerlo— y con los upgrades uno está motivado a ahorrar dinero y ver qué hace lo que acabamos de comprar, además que tiene una mecánica tipo RPG y si elegimos un mal camino, no podremos pasar un nivel porque no tenemos el arma adecuada. Así que hay que volver algunos niveles y empezar otro curso de acción en decisiones de tecnología.
En cuanto ambientación, sigue siendo muy consistente con la mecánica. Los gráficos son oscuros, pero hasta cierto punto cute, pixelados y con mucho cuidado en el detalle. La música es buena y los efectos de sonido tan sólo termina de envolvernos en un juego demasiado adictivo.
Revenge Of The Titans cuesta normalmente $14 dólares, aún está en desarrollo, es compatible con todas las plataformas y si aún no se deciden, tienen más de día y medio para comprar este junto con otros fantásticos 4 juegos al precio que quieran —adicionalmente, el autor dijo que si se llegaba a $1.75 millones de dólares en ventas, liberará el código fuente!—, además de que al comprarlo incluirá una clave para Steam para tres juegos y cuando Revenge Of The Titans y Cortex Command estén disponibles, automáticamente los tendrán. Es un excelente regalo de navidad.
Hablando de Steam, yo sólo lo instalé para comprar más barato Plants vs Zombies y 8 meses después ya tengo 12 juegos, siendo Super Meat Boy mi más reciente adquisición a un precio de risa: $3.75 de los $15 dólares originales que valía. Aunque mala suerte, la oferta ya no está disponible.
P.S. Los 10 mejores juegos indie del 2010 Sin conocimiento de causa, pero por el impacto, me parece que Minecraft quedó muy por debajo.
P.P.S. Eleva el promedio de ventas de HIB#2 y obtén HIB Bendita distribución digital. Benditos genios.