Un derechazo del “Chaco” Christian Giménez que terminó en un gran gol fue la medicina para que Cruz Azul quedara aliviado y curado de espanto frente al América, y de esa manera terminaron siete años de maldición celeste. Fue un verdadero desahogo para los aficionados cementeros, Directiva, Cuerpo Técnico, jugadores y todo el personal del club porque al fin se quitaron de encima la paternidad de las Águilas y ya dejaron en el pasado los 16 encuentros sin poder ganarles.
Y tuvo que estar como entrenador Manuel Lapuente para que el América volviera a perder con la escuadra celeste, pues él estaba al frente de las Águilas en el ya lejano mayo del 2003, la última ocasión en que los emplumados habían sido derrotados en este Clásico Joven.
Sabíamos tanto americanistas como cementeros que no podía durar para siempre, la racha ya era muy grande y resulta casi imposible mantener tanta irregularidad. Nos habíamos salvado ya de muchas, del peor torneo del América, de cuando Chava Cabañas recibió el balazo, de muchas ocasiones que sí nos vimos rebasados, pero casi milagrosamente a la siguiente jugada encontrábamos un gol, de aquellos cuartos de final y muchos, muchos más. Terminaron siendo 16 partidos y 7 años, 4 meses y 29 días desde que el Cruz Azul no disfrutaba un triunfo sobre el América.
Lo que me preocupa es la incapacidad de Manuel Lapuente. Como dato a considerar, fue él mismo que perdió por última vez antes de la racha que terminó hoy. Desde aquel 4 de Mayo del 2003 pasaron muchas cosas, pero no se rompió la racha… hasta que llegó un técnico que es sobrevalorado; sus equipos juegan mal, no es espectacular, es defensivo en demasía, sus declaraciones no son nada afortunadas y no ha conseguido un solo resultado importante en casi 10 años.
Salió Chucho Ramírez de la institución por problemas similares, y para arreglarlos trajeron a otro que tiene los mismos. Ya hasta el Cruz Azul nos ganó!
Ni modo, así es el futbol. A seguir adelante.