Sin saber ni de qué se trataba y con sólo el prestigio de actores como Sean Penn y Naomi Watts —que hicieron muy buen papel en 21 Grams—, me dispuse a ver Fair Game o Juego De Traiciones, título que le dieron en español.
Esto podrían ser spoilers, pero es relevante. Esta película está basada en la vida real. Resulta que tras los atentados del 11 de Septiembre y posteriormente la supuesta versión de que Iraq estaba fabricando armas de destrucción masiva, la CIA comienza a recopilar información. Lo interesante del caso es que las fuentes que utiliza, no necesariamente son de personal de la agencia. La fuente da su veredicto del asunto, la agencia lo recopila y da su veredicto final. Esta es la historia de una de las fuentes que no encontró material suficiente para sospechar de compras de material para fabricar armas de destrucción masiva y de cómo la CIA y el gobierno estadounidense mintió para invadir Iraq.
De Fair Game me pareció interesante el tema, aunque la película es muy lenta, sobre todo al final, además de que terminan haciendo lo mismo que ya les conocemos cuando se trata de su país: trilladas frases patriotas.
No muy recomendable para serles sincero.