Creo, sin embargo, que es imposible arreglar algo si no se reconoce un error.
El domingo pasado en la fecha tres de la Liga Premier en Inglaterra, Manchester goleó al Arsenal 8 a 2. Fuera de “cosas de futbol”, “una tarde desafortunada”, “a veces se gana, a veces se pierde” y cientos de excusas —que para eso nos pintamos solos—, los aficionados están pagando un boleto y merecen respeto por eso.
Apenado, el Arsenal les reembolsará su boleto en señal agradecimiento por el viaje y por el apoyo.
Clara mentalidad primermundista: reacción honesta, inmediata —ni un día después del encuentro—, asumiendo responsabilidad —los boletos no le pagan a los jugadores; son los patrocinadores, tampoco hay obligación legal—, respeto —los aficionados le pagan indirectamente a los jugadores, un equipo sin aficionados no es equipo— y congruencia —Arsenal es un grande del futbol mundial, se debe comportar como tal en todo momento—.
Pasado mañana será el Quinto Informe de Gobierno en los que estaremos celebrando 11 años de cambio en México, en el que escucharemos un montón de mentiras y nos hará recordar una vez más el por qué del odio hacia la figura presidencial, y la clase política en general.
Con el post del terrorismo en México, me topé con una brillante columna de Jacobo Zabludovsky opinando del Informe Presidencial. No tiene caso citar a ¿Informe? ¡Disculpa! porque sería como quitarle piezas a un rompecabezas de palabras tan bien acomodadas que la idea se perdería sin contexto, por eso invito a leerla.
Con una situación de seguridad que lejos de tocar fondo parece encontrar nuevos niveles, de la guerra podemos definirla como cualquier cosa, menos como ganada; una debacle en el poder adquisitivo de las familias y el turismo por los suelos, el Acción Nacional sin duda será castigado el próximo año y perderá la presidencia.
La cuestión mercadológica tampoco ayuda. La oficial representa un despilfarro de dinero diciéndonos que estamos pendejos, que cómo es posible que no veamos que México es más seguro y una serie de mitos. Por otro lado, la no-oficial —o la no-publicidad— llega a niveles que ni CV Directo tiene en sus sueños más guajiros; hace unas semanas en la captura de el Diego, su entrevista fue un infomercial y ayer, como por arte de magia, caen los cinco terroristas de Monterrey. Atole con el dedo.
Una disculpa presidencial no solucionará el problema de seguridad, reactivará la economía o detendrá la inminente caída del PAN. Pero sabríamos que al menos le queda un poco de humanidad y respeto por quienes lo elegimos.