Homenaje deslucido a Salvador Cabañas
A la fiesta de Salvador Cabañas le faltó algo. Tal vez gente en la tribuna del Estadio Azteca, o quizás fue intensidad y goles por parte de los jugadores que homenajearon a “Chava”. O las dos cosas.
El caso es que el partido amistoso entre América y la Selección de Paraguay fue un deslucido y aburrido empate sin goles. Lo más emotivo de la tarde-noche en el Coloso de Santa Úrsula, se vivió previo al cotejo y al medio tiempo.
Cabañas y el resto de los jugadores de ambos equipos saltaron a la cancha con una camiseta blanca, con la imagen del ex goleador y la leyenda “Ipora”, que en guaraní significa “lindo” ó “todo bien”. Todos en círculo, alrededor de una manta gigante en el medio campo que rezaba: “Grandeza es no dejarse vencer por nada”.
Fuera de lo que en realidad resultó ser el partido, da un inmenso gusto ver a Chava de vuelta. Hace poco más de año y medio despertamos con la noticia que el futbolista había recibido un balazo en la cabeza. Independientemente de las creencias de cada uno, este es un verdadero milagro; principalmente por sobrevivir, en segundo lugar por el simple hecho de caminar y por último, tener la capacidad de volver a pisar un terreno de juego. No en un juego real, ni siquiera acumulando quince minutos, pero por las circunstancias esto es maravilloso.
No quisiera discutir en qué porcentaje, pero no todo fue obra divina. Bendita medicina moderna, especialistas del más alto nivel que lograron lo imposible. Y en tercer lugar, la lucha del mismo Cabañas y toda su familia, que nunca se vencieron.
Independientemente de lo que haya sucedido aquella madrugada de Enero, el país entero está sumido en una crisis de violencia. Ya cualquier cabrón puede traer un arma y puede usarla con plena certeza de que la impunidad estará de su lado. Este no fue el caso, pues el JJ terminó siendo aprehendido un año después, pero esta es la excepción a la regla, motivado por cuestiones mediáticas más que de justicia.
Es una situación tristísima.
Pero volviendo al tema principal, es un gran gusto ver a Salvador Cabañas de vuelta. Esperemos que pueda rehacer su vida.