Fin de año. Esa fantástica época para festejar… y para sacar listas. No siendo muy fanático de estas, fuera de un par, casi todas me pasan de noche. La excepción es el recuento de las mejores y peores identidades de Brand New, un blog dedicado enteramente al diseño de logotipos.

En este frágil arte ciencia arte del diseño, mucho depende del ojo del espectador. Yo tomaría un par de cada lista y no llegaría a ser tan radical para ponerlos en la contraria, pero sí lo suficiente para eliminarlos. Algunos no son tan buenos —Current, OCAD, Atlassian?—, y otros no son tan malos —Swiss Airlines, Petco?—.
Pero evidentemente no soy yo el experto. Como sea, coincido en la mayoría; los primeros dos mejores, el del MIT Media Lab y el de Little Chef son nada menos que geniales. Los 3 primeros peores sí son muy malos, pero el de Comedy es una grosería, destruyendo por completo su valor más importante (quiero imaginar que está en cuarto lugar no por ser menos feo, sino por tener menos peso que los siguientes).

No culpo a los diseñadores, pues tienen un trabajo muy difícil; por un lado, transmitir toda la esencia de una marca en una sola imagen y por el otro lado, mantenerla lejos de la saturación, la complejidad y los clichés mientras se diferencia de otras.
Lo que no tiene nombre es que compañías globales permitan que estas malas decisiones lleguen a la calle y no puedan ver que están muy lejos de mejorar y no sigan el muy valioso consejo de “no lo arregles si no está descompuesto”.