Tan sólo 8 años tenía cuando Ayrton Senna tuvo aquel fatal accidente. Recuerdo un poco el hecho, pero nada más. Supongo que mi memoria aún no se enfocaba en estas cosas y el automovilismo nunca ha sido de mis deportes favoritos.
Afortunadamente existen documentales como Senna que nos permiten una mirada retrospectiva a grandes figuras.
Hay tantas cosas por comentar; desde sus inicios en el Karting, su paso por Toleman y la llegada a McLaren hasta sus campeonatos, las controversias y el cambio de escudería que marcaría el final de un genio. Sin dudarlo, los momentos más interesantes tienen que ver con Alain Prost; su compañero y rival y con quien en 1988 lograran ganar 15 de las 16 carreras de la temporada.
Un documental de este tipo de temas más de nicho se pueden evaluar en función de qué tanto se ponen al nivel de una audiencia no tan conocedora del tema y logran transmitir correctamente su mensaje. Senna lo hace casi a la perfección, pues fuera de los primeros minutos en los que —al menos para mí— se nota lento, para la mitad nos tiene muy interesados hasta el último minuto.
Punto y a parte, yo no sé qué sucede con algunas películas, como esta. Su estreno fue en Octubre del 2010, en Japón. En el país de origen, Inglaterra, se estrenó hasta Junio y de ahí fue extendiéndose al resto del mundo: Agosto para EUA y para nuestro país este Lunes pasado. Entiendo que ha de ser difícil posicionarlo y negociar que se exhiba en otras partes del mundo, pero que haya tardado tanto me parece ilógico en el siglo en el que estamos. Esta vez no fueron los cines los culpables, pero por lo regular sí son —recordemos el caso de Scott Pilgrim o Presunto Culpable—.
De lo que estoy seguro es que hay algo que está muy mal ahí. Y la piratería les está ganando.