Pocas películas pueden causar la anticipación y el furor que lo que será la parte final de una de las mejores encarnaciones de Batman. Y no hablemos de la agonía de la larga espera —-siete años!—- para permitirle a Nolan contarnos la historia del caballero de la noche.

La espera ha terminado, The Dark Knight Rises llegó la semana pasada a México y con esta, se concluye una época en la que un hombre logró contar una de las más maravillosas historias de super héroes hasta el momento. La pregunta es si podrá cerrar con broche de oro.

Una advertencia de The Dark Knight Rises: es larga. Exactamente trece minutos más que la anterior —-que a su vez superó por doce minutos a la primera—-. Su duración, me parece exagerada y poco justificada; sin problema alguno podrían haberle quitado 20 o 30 minutos y nadie se hubiera dado cuenta. Dicho esto, la trama comienza lenta y un poco densa, pero poco a poco va agarrando forma y empieza a ver acción, aunque a cuenta gotas, pues creo que Batman tiene menos presencia que en las anteriores.

Otra vez, Nolan logra humanizar al super héroe, aunque en mi humilde opinión, falla en la acción, que de alguna forma u otra, es poco creíble, muy fantasiosa o simplemente se ve… mal. O será que tal vez anoche no tenía mucho el mood de ver a Batman. En el clímax de la película sentía que fue la más floja de las tres y una vez más el hype superó a la realidad. Y entonces sucedió y rescató todo: el final. Fantástico, sublime, excepcional, digno de la hegemonía del director, la legacía del super héroe y los ojos de los fans.
Si The Avengers supera a Batman estaré muy decepcionado. Ahora tendremos un periodo de oscuridad —-y no de la buena—- hasta que Batman vuelva. Por lo pronto, Nolan no dirigirá a Superman, sino que será productor. Veremos qué tanto puede hacer para resucitar al hombre de acero, que ha tenido presentaciones infames en la pantalla grande.