Fuera de la definición clásica de ser una retribución monetaria o en especie entregada al trabajador a cambio de un trabajo realizado durante un período de tiempo, un sueldo es la puerta a un modo de vida seguro, estable y constante. Y como dice Seth Godin, lo seguro es riesgoso.
La cuestión es que al tener un negocio propio podríamos ganar el doble o el triple de lo que obtendríamos con un trabajo asalariado. La diferencia entre el primero y el segundo se llama riesgo. Cuando el riesgo es mayor, la recompensa se incrementa y viceversa. El hecho de sacrificar eso que podríamos generar como ingreso con un negocio propio por conseguir algo más seguro es vender riesgo; sabemos que vamos a obtener un pago fijo cada quincena pase lo que pase. Al tener un restaurante, así como se puede tener un ingreso mayor, también pueden haber temporadas muy bajas y de incertidumbre.
Gracias al riesgo, es más fácil incrementar los ingresos cuando dependemos de nosotros mismos. Por el contrario, cuando aceptamos un salario, se requiere dedicación, persistencia y constancia para obtener un incremento que rara vez supera las dos cifras. Ambos están bien; ninguno es mejor o peor. Sólo hay que saber elegir.