Originario de Inglaterra, el futbol solía ser considerado un deporte de caballeros. Al expandirse al mundo entero, con la mezcla de culturas, estilos y reglas, la pelota se ha ensuciado—dentro y fuera de la cancha. Dicen que el futbol es un juego de caballeros jugado por villanos; y que el rugby es un juego de villanos jugado por caballeros. El rugby es un deporte brutal, en el cual las reglas se respetan; el futbol es un deporte más fino en el cual se busca sacar ventaja cueste lo que cueste.

Afortunadamente siempre hay excepciones a la regla, detalles que engrandecen el espíritu deportivo y que merecen ser reconocidos y apuntados ampliamente. Lo siguiente sucedió en la liga de Arabia Saudita.

El portero del Al-Nahda, Taisir Al Antaif, con el balón en mano se da cuenta que necesita atarse las agujetas de sus tacos para no dar ventaja, pero eso significaría soltar el balón y dar una oportunidad al rival, pero antes de que pudiera tomar una decisión, el delantero brasileño del Al Ittihad, Jóbson, se percata de esta situación y él mismo comienza a atarle las agujetas.

Tras este gesto, el portero le da las gracias y se dispone a despejar cuando suena un silbatazo, ya que tardó mucho en despejar y se sanciona con un tiro libre indirecto. El equipo, incrédulo de esto le reclama al árbitro, pero la falta ya está marcada. El Al Ittihad, en un segundo maravilloso gesto de deportivismo, cobra el tiro hacia fuera de la portería, para entregarle el balón al rival.

Estos no son los Casillas, los Messi o los Cristianos, pero son quienes elevan al deporte a otro nivel, no en lo técnico, sino en lo humano. En un gesto de no aceptar ninguna ventaja externa, estos dos equipos nos han mostrado la nobleza y generosidad con la que podemos tocar a otros, que tal vez no conozcamos, pero acciones desinteresadas, por pequeñas que sean, dejan marca.
Al final, creo que todo se remite a hacer por otros lo que nos gustaría que ellos hicieran por nosotros.

Como nota al márgen, creo que el árbitro no hizo nada malo, su trabajo es aplicar el reglamento al pie de la letra. No creo que haya sido irrespetuoso ante la acción de ayuda, tal vez en lo único que podríamos recriminarle es no haberle dado un par de segundos más para despejar. Al final del día, creo que hizo una mejor historia, lástima que se convirtió injustamente en el villano.

(Gracias a @ozmonk por el tip)