Las redes sociales han bajado el nivel tecnológico necesario para tener una presencia en línea —hace 15 años necesitabas saber HTML—, permiten una permanente conexión con nuestros amigos y familiares, y se han convertido en un repositorio de experiencias, entre otras múltiples ventajas.
Pero, habrá algo que solucione problemas sin crear unos nuevos? La realidad es que las nuevas aplicaciones son un campo desconocido—nadie sabe hacer redes sociales, lo único que sucede es que se experimenta y se aprende sobre la marcha, esperando sacar lo mejor.
The Innovation of Loneliness es una pieza de animación enfocada a hacernos conscientes de que estamos intercambiando valiosas conexiones interpersonales por conseguir amigos, como si de estampas coleccionables se trataran.
Ustedes sabrán que su servidor no es un asiduo usuario de las redes sociales, por diferentes motivos. Y saben qué? Específicamente en el caso de Facebook, no creo estarme perdiendo de mucho. Claro, de vez en cuando me dicen que hicieron una invitación para todos en Facebook, y me perdí de tal reunión. Pero a quien de verdad le importo, creo, sabe dónde encontrarme.
Todos estos puntos tocados por Shimi Cohen me hacen reflexionar, especialmente en el tema de falsificar experiencias. Sólo basta ir a un concierto y ver la cantidad de gente que está viendo a través de la cámara de su teléfono, intentando atesorarlo para siempre y no viviéndolo en su etapa más pura. O en el cine, donde la gente no se puede despegar de su teléfono 90 minutos para disfrutar. Y no hablemos de quienes ven constantemente el qué está pasando.
Además, tengo una teoría de que las redes sociales producen insatisfacción personal. Si tenemos cien amigos en Facebook que están compartiendo los momentos importantes de su vida en los diferentes ámbitos —personal, amoroso, laboral, familiar, viajes, dinero, etc.— es probable que este bombardeo nos comience a afectar fuertemente. El qué estoy haciendo con mi vida nos podría comenzar a golpear emocionalmente al saber siempre qué es lo que otros están haciendo. Seamos envidiosos o no, esto debe afectar nuestro subconsciente.
Y lo peor es que sería en vano, pues todos estos logros que otros nos ponen en nuestras caras son el acumulado de sus mejores experiencias, como grupo. Es decir, puede ser que ese contacto que viajó al otro lado del mundo pueda contarlo como la parte más importante de su vida, que fuera de eso sería aburrida.
Si en cada sorteo de la lotería viéramos la lista de gente que no ganó nada, seguramente nadie volvería a comprar un billete.
(Perpetrado de Designer News)