Normalmente soy muy escéptico de las obras de Dreamworks, sin embargo, con el declive de Pixar —y el de Disney—, la productora de Steven Spielberg se ha puesto al nivel en los últimos años. Muestra de esto es Despicable Me y How To Train Your Dragon, de la cual han habido muy buenos comentarios y por lo tanto merece una oportunidad.
Con un argumento muy interesante debido a que pone la violencia en primer nivel en una película para niños, me preguntaba cómo se iban a salir de ese enredo. Con un tema no tan original, pero con una trama muy bien hecha y fluida, How To Train Your Dragon es entretenida, emocionante, alegre y triste a la vez, sabiendo manejar muy bien los tiempos.
La animación no es espectacular, pero no importa tanto cuando se trata de una buena historia con un mensaje muy interesante y un final que pocos se lo esperaban. Este año se estrenará la segunda parte, que puede tomar el lugar como la mejor película del verano, considerando que este año Pixar no tiene nada planeado.