Alemania construyó nueva tragedia brasileña
La pesadilla llamada “Maracanazo” que durante 64 años se convirtió en el relato de una de las tragedias más grandes que ha provocado el futbol parecía no tener forma de repetirse. Alemania se encargó de destruir a un Brasil que nunca terminó por creer en sí mismo, que desdeñó su historia y terminó por irse humillado, arrastrando su prestigio y con un 1-7 que reflejó el trámite de 90 minutos. Uno de los paseos más memorables del futbol.
El Mundial que debía ser la cura para aquella dolorosa herida donde Brasil perdió la final del Mundial de 1950 ante Uruguay, sólo se convirtió en una tragedia aún más grande. Los cinco títulos del mundo conseguidos no borraron el dolor del “Maracanazo” y no lo borrarán ahora.
Cuentan los libros, videos y quienes vivieron de lejos y en vivo el Maracanazo que 200 mil personas lloraron la derrota ante Uruguay en 1950. Hoy la asistencia era menor, pero la expectativa y la crueldad más grande. Fueron siete goles para no dejar duda, para dejar un dolor que jamás se olvidará y que dejará a Maracaná y al Mundial del 50 en paz.
Desde que empezó el Mundial veía al local como un equipo del que se hablaba más de lo que realmente era. Aún así nadie se atrevía a descartarlo como favorito. Conforme iban transcurriendo los partidos, Brasil despejaba algunas dudas; le ganó a Croacia, le metió miedo a México y goleó a Camerún. Parecía que ahora sí podrían festejar una copa dentro de su país.
Pero conforme Brasil seguía avanzando, las dudas volvían. En octavos estuvieron a nada de perder contra Chile, mientras que en cuartos de final, Colombia parece haber despertado muy tarde, pero lo suficiente para ponerle tensión. Contra Alemania el favorito era el europeo, aunque creo que nadie se imaginaría la magnitud de la diferencia.
Hoy es un día histórico, primero, por el resultado. 7-1 en semifinales es escandaloso, pero también por la forma, ya que en menos de 10 minutos entraron 4 goles. Y por si faltaba algo, Klose le arranca el título de goleador en mundiales a Ronaldo.
Brasil llora, y con justa razón.
Alemania es un equipo impresionante, que en su camino también sufrió contra un Argelia que obligó tiempos extra y le puso tensión los últimos minutos, contra Francia ganaron por la mínima. Aún así, la diferencia fue que Alemania tiene equipo, Brasil ha dejado de ser imponente. Y lleva muchos años así.
Hoy se pueden argumentar que las ausencias fueron las culpables. Neymar no hizo mucho en el mundial, Thiago Silva tal vez habría ayudado a maquillar un poco más el marcador.
Parece que un europeo ganará por primera vez un Mundial en América. Argentina mañana se jugará el pase a la final contra Holanda y los chés tampoco traen gran cosa; han llegado tan lejos gracias al fácil camino que les tocó—y que aún así, sufrieron.
Y en la final, me gustaría que ganara Holanda, es un gran equipo con un gran entrenador y ya merecen algo más. Pero mis apuestas, sin duda, irán con Alemania.