Pudieron haberme dicho lo que sea, pero desde el anuncio del Episodio VII y que estaría a cargo de J.J. Abrams, no sentí la más mínima emoción. Star Wars nos ha decepcionado en el pasado, y si bien puedo ver el encanto de los primeros tres episodios, nunca me consideré fan. O si lo hice, tal vez sería un fan muy malo.
Aún así, The Force Awakens tenía que ser vista. Primero, para ver cómo una saga como Star Wars va a subsistir después de los efectos especiales —que sorprendieron en las dos épocas, mucho más en la primera—, después, para ver el efecto Disney que nos ha traido entretenimiento puro reviviendo a los cómics. Y finalmente, para ver si J.J. Abrams sería el indicado, el que trajera balance a una saga compuesta por 2 películas muy buenas y 4 muy malas.
Antes de empezar el review, hay que darle mucho crédito a la gente detrás de los trailers, que lograron emocionarnos a través del engaño y una cuidadosa selección de escenas. Las historias detrás de la pantalla grande comienzan mucho antes de que se abre el telón.
Star Wars con The Force Awakens vuelve a lo básico, a lo familiar, a lo que lo hizo grande hace casi 40 años. Los cambios a la fórmula son bastante bienvenidos: una mujer y un hombre de color como protagonista y co-protagonista. La familia como el tema resonante y la batalla entre el bien y el mal. JJ Abrams y su equipo estudió bien la fórmula, y la supo replicar de una forma elegante, haciendo un truco de magia frente a nuestras narices que nos hace ver una historia diferente, pero que en el fondo sabemos es la misma que conocemos.
The Force Awakens tiene ambiente, forma, memoria, fondo, innovación, sentimientos, realidad, humor, emociones, ficción y un final que claramente nos dejará meses esperando por más. Star Wars está de vuelta.