Desde 1937, año en que se estrenó el primer largometraje animado, Disney nos ha traido grandes y memorables historias a lo largo de sus casi 80 años de ecistencia. Década con década, la tecnología y un creciente equipo de trabajo han permitido darle más detalles a aspectos que consideraríamos mínimos e irrelevantes. Por ejemplo, jugar con el logo.
En 1985 The Black Cauldron fue el que comenzó presentando una imagen animada del logo de Walt Disney, pero fue hasta diez años después que se hizo la primera variación, y desde entonces, se ha convertido en un detalle que no puede faltar.
No me considero muy observador, pero me han sorprendido muchos de estos detalles, más aún no había notado el rebranding de Walt Disney, al que van algunos años que tan sólo dice Disney… y francamente se ve más vacía en comparación.
Esta es una muestra perfecta de la atención y cuidado al detalle. Podemos justificar que debido a que es una marca de tales magnitudes, pueden tener los recursos para hacerlo, pero no es correcto—lo hacen porque les importa. Hay restaurantes, agencias, hoteles, servicios y productos en general que se preocupan por diferenciar su negocio, a través de grandes y pequeños detalles.
Volviendo al tema, hay iteraciones buenas y algunas no tanto. La que más me impactó fue la de Maleficent, aunque las de Lilo & Stitch son buenas, interesante el juego con The Wild, y las versiones de Tron: Legacy y Frankenweenie.
(Perpetrado de Designer News)