En agónico partido, Tigres vence a América en penales
El alambre de las finales cuando se deciden por penales es tan fino como el de un funambulista de circo. Es el pequeño espacio en el que se cae al abismo o se gana la vida. Tigres sobrevivió a un partido dinamitado por el árbitro, una guerra colosal que le propuso el América en su campo y que se tuvo que ir al extremo, entre litros de sudor, adrenalina, golpes y malas decisiones.
El América murió por su propia boca, ahogado con los penales otra vez, como le sucedió en la Copa. No hay nombres en las Águilas cuando se trata de meter el balón desde el manchón penal.
A veces se gana, a veces se pierde.
Esa es la realidad del futbol, la misma a la cual se enfrentó América no solo anoche, sino en toda la serie. Increíble que teniendo siempre la ventaja, el equipo logró llevarle balance al resultado; primero con el penal, en el Azteca, después con un hombre de más, luego con el dominio del juego y finalmente con la ventaja en el marcador.
Estas actitudes ratoneras de Lavolpe se han visto durante muchos años, y tan cercanas fueron como contra Chivas en los cuartos de final, pero de un par de sustos no pasó. Anoche esas actitudes derrotistas a punto de ganar el partido fueron clave; el gol cayó tras 5 minutos de defender y el equipo estaba ya destrozado anímicamente. Creo que si nos hubiéramos retirado antes de los penales, habríamos caído con más honra.
Dependiendo del humor con el que lo veamos, los americanistas podemos estar a lo más, agradecidos por no hacer un torneo para el olvido el del Centenario —que se rescató en pocas semanas—, pero también podríamos estar pidiendo algunas cabezas importantes, en el otro espectro anímico.
No es la idea de regalo de cumpleaños y navidad que me esperaba.
Tigres es justo campeón, encontró el amor por la playera en los peores momentos y salió adelante.
Chivas, por el otro lado, es patético y vergonzoso. Si América hiciera algo similar, me cambio de equipo inmediatamente, o abandono al futbol. Debería estar preocupado en hacer funcionar su plataforma, y en lograr cohesión de equipo, no en colgarse logros de otros. Esta victoria de Tigres no acerca más a las Chivas del América, lo único que hace es evitar que se alejen más.