La lotería funciona gracias a dos factores: el valor de los premios entregados es sustancialmente menor que el valor del boleto —o más raros— y el factor psicológico: la esperanza de tener mucho dinero gracias a la suerte.
La mercadotecnia de estos servicios entiende que el gran ganador es mediático, y mientras este brilla, decenas de miles se quedaron con menos dinero en el bolsillo.
Y un párrafo en especial:
In 1999, researchers at Duke University reported that American households spent an average of $162 per year on lottery tickets, but low-income households spent $289 and those with less than $10,000 in income spent $597.
Muy interesantes datos: el estadounidense promedio gasta cierta cantidad, luego bajamos en el poder adquisitivo y se gasta el doble, y luego bajamos aún más y otra vez la cantidad se duplica. La lotería trafica con esperanza, y es muy efectiva con los que más lo necesitan.
No tiene nada de malo jugar a la lotería, siempre y cuando entendamos lo que estamos comprando, que es precisamente lo que nos venden: esperanza. Si lo que pensamos es que tendremos una oportunidad real de ganar y cambiar nuestra vida con un montón de dinero, probablemente lo que hay que hacer es trazar otro camino.
La Lotería Es El Impuesto A Quienes No Saben Estadística fue escrito por fael el día miércoles 13 de enero de 2016 a las 8:56 p. m.
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