Casi sin expectativas, pero con una idea más o menos clara de lo que nos trae la historia, Room tiene una premisa que es tan interesante como peligrosa—un escenario claustrofóbico, limitado; cosa que pocas películas han logrado ejecutar correctamente.
Podemos dividir Room en dos mitades: la buena, y la mala. La primera hora es sencillamente impecable; buen desarrollo de personajes, se establece bien el problema después de algunas interrogantes que sazonan la historia y uno termina sintiendo empatía. La otra, es muy aburrida. Prácticamente es una continuación forzada a una historia que ya había tenido gran parte de su final. Sí, esta mitad cuenta otra historia, y no se cae en la trampa de una trama barata y predecible, pero honestamente creo que deja mucho qué desear—tanto así que si sólo ven la mitad, no se van a perder de nada.