Chile humilla a México y accede a la semifinal
El ensueño se colapsó en pesadilla. Los oropeles del invicto y de la solidez defensiva cayeron desde los frágiles alfileres. Chile humilla a México: 7-0.
Ojo, pudieron ser diez, pero seguramente Juan Antonio Pizzi y su tropa aspiran al Premio Nobel de la Paz con esa muestra de conmiseración y compasión hacia México.
Al final 70 mil 457 aficionados, mexicanos en su mayoría, terminaron vistiéndose la Roja y burlándose de jugadores, de Guillermo Ochoa, de cuerpo técnico y escoltando con vituperios y abucheos a la delegación del Tri, mientras unos cuantos chilenos invocaban el canto del Cielito Lindo.
De nada sirve que el señor Osorio lleve no sé cuántos partidos sin perder, y muchos minutos sin recibir gol si los rivales son los mismos de siempre. Anoche, el Campeón vigente de Copa América simple y sencillamente borró del campo al equipo mexicano, que tuvo una de las peores actuaciones de toda su historia. Y vaya que en las últimas Copas los resultados no fueron nada positivos, pero teníamos una excusa—se le daba prioridad al torneo local, a la Copa Oro en donde todavía México es relativamente un grande.
Yo no sé si haber metido a Rafa Márquez hubiera cambiado algo, pero lo que sé es que no hay seriedad, ni con el equipo mismo, ni con el rival. Márquez ha probado las mieles del triunfo, y ha visto cómo el esfuerzo y el sacrificio dan frutos. El ir a ver nacer a su hijo es muestra de su valemadrismo al final de su carrera, pero es más un indicio de lo que es importante en México—las cuestiones personales antes de las profesionales.
Rafa dejó tirado el trabajo porque no pudo esperarse un par de días más —literalmente— para ver a su hijo. Ni él, ni nadie habría inferido directamente en el marcador, pero veo un síntoma importante en la enfermedad contraída. Dejar tirada la chamba debe convertirse en un pecado capital en México para que podamos avanzar. Tristemente, en este aspecto es más loable lo que hicieron Gio y Vela al decidir no ser convocados.
Osorio se ve con mano débil; Márquez debió haber sido separado. Te quedas o no regresas. Pero ya nos saboréabamos el juego contra Colombia—a Chile se le había ganado hace un mes, estábamos imbatibles, se le ganó contundentemente a Uruguay, habíamos evitado a Argentina y estábamos prácticamente en casa.
Pero sobre todas las cosas, se menospreció al rival.
Esa es la gran diferencia de nosotros a ellos; y no solo Chile, sino todos los equipos que han recortado brechas como Jamaica, pero también de los que nos han superado de forma regular, como EUA o Costa Rica.
Ahora no fue Argentina, y eso me preocupa más. Yo creía que esta Copa América Centenario podría ser histórica para México. Y de alguna forma, así lo será. Esperamos que sea para bien.