El acto de crear algo, por sí mismo, es fascinante, extraordinario, cautivador y un rasgo cien por ciento humano. Hay creaciones muy básicas que requieren poco material y tiempo; hay otras que requieren un grupo de humanos, máquinas y materiales—para construir un edificio, por ejemplo. Claro, un individuo lo podría hacer sin asistencia, pero se requeriría demasiado tiempo.
Tal vez el invento más retador, interesante, y que está justo en esta línea en la que una misma persona puede hacer todo—un juego. Probablemente todos hemos hecho un juego; hemos creado reglas, mecánicas y metas. Pero el reto está en hacer un buen juego que cumpla una larga serie de lineamientos, comenzando tal vez por el más difícil: easy to start, hard to master. Jonathan Blow ha logrado esto en ya dos ocasiones, y tal vez él sepa algo que nosotros no, que se explica en el siguiente video.
Me quito el sombrero ante el análisis de Mark Brown y la el genio intelectual de Jonathan Blow. Esto es saber ser llevado por la corriente y que el mismo juego sea quien dicte el cauce que debe tomar, con consecuencias que tal vez nadie vería si no estuviera implementado, pero que requiere de una flexibilidad y de otro tipo de genio para verlo, aceptarlo y arroparlo. Muchos somos demasiado obstinados con la visión original y podríamos llevar a nuestra creación a donde creíamos que era bueno, pero sin explotar su potencial por completo.
Espero algún día poder sacar un concepto creativo para un juego, implementarlo y tener algo qué mostrar; sea bueno o malo. Jonathan Blow tuvo varios fracasos antes de llegar al lugar en el que se encuentra—irónicamente, reutilizando esos conceptos.
Why Jonathan Blow’s Puzzles Aren’t Just Puzzles fue escrito por fael el día jueves 17 de marzo de 2016 a las 10:05 p. m.
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