Increíble pensar que han pasado cinco años desde lo sorprendente que resultó The Lego Movie, y su única secuela encarnada por Batman en —literal— la época más oscura del personaje en la pantalla grande.
De alguna manera esta película llegó y casi se ha ido sin causar ruido, situación que me resulta curiosa debido a lo impresionante que han resultado las anteriores. Tal vez segundas partes de verdad nunca serán buenas.
Pocos momentos de la película no hubo al menos una sonrisa, y frecuentemente era una carcajada. Esta vez sí hubieron más humanos, que no le sentó bien a la traducción, y ciertamente hay un lapso de 10 minutos un poco lento, pero el resto es simple y sencillamente sublime; la trama es muy interesante, las parodias muy buenas, el humor altamente irreverente y tonto, pero genuino, y todavía hay un mensaje y un par de sorpresas.
De alguna forma The Lego Movie 2 logró superarse a sí misma. Difícilmente veo una película una segunda vez, pero espero con ansias poderla rentar y verla en mi casa. Toy Story 4 tendrá una competencia muy dura, y Pixar tendrá que sacar toda su magia para poderle competir.