Muchas lunas atrás, Internet era muy diferente; era un medio experimental, colorido e irreverente. La web de la primer mitad de los 2000 no tenía redes sociales masivas, por lo que aquel que deseaba publicar algo para compartirlo con el mundo tenía que construir su propio espacio. De pronto, millones tenían un lienzo vacío, sin reglas y sin límites, en el que podían poner lo que quisieran—siempre y cuando supieran cómo hacerlo.
Pero esa libertad no fue exclusiva de Internet; también se expandió a otros medios digitales (y ciertamente a otros offline). Winamp y su comunidad fue un caso claro, en el que el programa podía personalizarse a través de skins. Y skins se hicieron. Winamp Skin Museum es un sitio que se ha dado a la tarea de recopilar estas obras de arte y preservarlas.
Recuerdo vagamente haber usado un algunos, como Phantom, Hand Written, Industrial (o uno similar) y uno blanco, similar a Metatopi, además de usar alguno de las decenas que habían de Mario Bros.. Fue una época en la que podías mostrar tus hobbies, por raros que fueran; desde tener un crush con Jennifer Love-Hewitt, ser fanático de Dragon Ball o Pokémon, e incluso (por alguna razón) recordar tu marca favorita.
Quince años después, todo es estándar y estéril. Navega un poco y todos los sitios se verán igual; entra a tus redes sociales y verás cómo todos usan más o menos los mismos colores y la forma de publicar es básicamente la misma. Spotify y Apple Music no tienen nada qué personalizar, gráficamente hablando. Hemos sacrificado tanto por tener una experiencia estándar y tan diluida que es difícil distinguir una de otra.
(Perpetrado de Hacker News)