Leyendo Hacker News hoy me encontré con este interesante comentario.

When I took my kid to Disneyland for the first time, I got the question on the way “dad, can we go to Netflixland as well?”

Esta genuina pieza de sabiduría infantil podría tener mucha más tracción de la que aparenta en el futuro de Netflix ante la crisis que se le avecina. La compañía hoy tiene en su haber algunas de las propiedades más importantes en la cultura pop de la última década.

Obviamente algunas de estas propiedades se presta mejor para una actividad en un parque de diversiones; una casa de espejos moderna con alución a Dark, juegos multitudinarios à la Squid Game, recreaciones de la vida real de escenarios de las propiedades animadas y claramente una casa del terror de Stranger Things serían las principales atracciones. Dudo mucho que se pueda hacer algo con House of Cards —o si lo quisieran revivir— o The Crown.

Netflix es el Disney y Universal Studios de este milenio, y si existe Legoland, Ferrari World y hasta Dolly Parton tiene su propio parque de diversiones, la idea no solo no parece tan descabellada, sino una potencial avenida para diversificar el negocio.

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