La titular princesa por fin ha recibido la oportunidad de ser la protagonista de su propio juego y desde aquella sorpresa de su anuncio en junio que nadie veía venir, se ha convertido en el título más anticipado para mí este 2024.
En Echoes of Wisdom será Zelda la que tendrá que salvar a Link y para ello no podrá contar con espadas, escudos o flechas, sino con su habilidad de clonar —o hacer ecos de— enemigos y objetos.

Aunque la idea de al fin tener un nuevo Zelda 2D sin Link pareciera una idea difícil de vender, el concepto funciona. Las habilidades de Zelda le dan una dimensión y libertad que solo se había experimentado en Breath of the Wild y Tears of the Kingdom, lo que lo vuelve fresco, pero a la vez familiar.
Como los principales puntos a su favor se tiene que mencionar el protagonismo de una mujer, lo imagino como un excelente ejemplo de independencia y fortaleza; el estilo visual es maravilloso y la animación se ve mucho más pulida de lo que vimos en Link’s Awakening y además hay bastantes sorpresas, áreas por explorar y habilidades que mejorar.
En su contra hay que platicar de lo repetitivas y lentas que son algunas transiciones. Aún no he llegado al final y ya lo he visto una veintena de veces.

Echoes of Wisdom no es el Zelda 2D que queríamos, pero sí es el que necesitábamos. Una evolución hacia un rumbo muy interesante que no se olvida de las raíces que han hecho un clásico.