Si de pronto desaparecieran todos los compatriotas de EU, como en Un día sin mexicanos, la cosa se pondría más candente que en la ficción de la pantalla grande.
Adentro del restaurante El Pollo Loco la vida sigue igual. Los mexicanos trabajan sin cesar sirviendo platos con aves rostizadas acompañadas por ensalada de col, elotes o arroz oriental. Ahí, media docena de trabajadores de rostro ajado por el sol y la tierra comen en silencio. No saben gran cosa de lo que pasará el 1 de Mayo en Los Ángeles (la ciudad que desde hace años les ha servido de hogar) ni les interesa demasiado entenderlo. Dicen que tratarán de no comprar nada hecho en Estados Unidos ese día, pero no pueden faltar al trabajo, pues corren el riesgo de ser despedidos.
A poco más de 24 horas de que comience la protesta-boicot de los hermanos migrantes residentes en los estéits, aprovecharé para señalar algunos aspectos que lo merecen.
Primero que nada, el detonante de esta protesta fue la propuesta y actualmente, la discusión para la aprobación del acta HR 4437, que como principales puntos tiene la construcción del famosísimo muro fronterizo y el reconocimiento de la ilegitimidad de asistir a un inmigrante para hacerlo llegar o mantenerlo en territorio norteamericano.
Segundo, la respuesta a tal atropello, que fue llamado por la March 25 Coalition, una asociación formada por grupos religiosos, sindicatos, inmigrantes y por aquellos que los contratan y están a su favor, con una fuerte propuesta de parar todo tipo de actividad; no sólo no trabajar, también no ir a la escuela, no comprar ni vender productos made in los estéits, además, fuera de éste país también se puede apoyar el movimiento no consumiendo ningún producto de esta procedencia.
Y por último, la forma en que se ha pasado la voz, que no tengo idea de qué tanto sirvió Un día sin mexicanos como inspiración, pero ésta película ha triplicado la demanda en el último mes. La propuesta ha inundado todos los medios masivos de comunicación; los periódicos —después de las elecciones, claro está— le dan un seguimiento importante, los noticieros televisivos de forma similar y en internet circulan emails y miles de sitios con artículos y opiniones abordando el tópico.
Habrá que tener mucho cuidado con lo que suceda el lunes, ya que es bien conocido que la historia se repite, y de ser una manifestación pacífica, a alguien —tanto a manifestantes como a la fuerza pública— se podría exceder y comenzar un caos. Así fue como comenzó en México 68.