Considerablemente tarde, pero hasta hace poco pude conseguir El Laberinto del Fauno, una cinta ampliamente aclamada en la entrega de los Oscars del 2006 de la cual yo no creí tanto hype por el simple hecho de ser Guillermo del Toro quien dirigiera la película.
Mi corazonada no podía estar mal. Casi nunca me falla. Resumiendo en pocas palabras, El Laberinto del Fauno es un churro cuando menos. La película es lenta, es difícil hallarle un punto en el que uno se enganche a ella, es repugnante —sentí menos asco en
irréversible—, es la típica película fantasiosa con clichés a diestra y siniestra y una historia horrible.
Eso sí, técnicamente, la película tiene sus mejores repuntes: buena fotografía, excelente trabajo de maquillaje y vestuario y buenos efectos especiales. Pero yo prefiero una película con un fondo diez veces mejor a la forma.
Hacía mucho que no sufría tanto una película, lejos de ser mala, duele verla. Creo que la última fue King Kong.
Personalmente no la recomiendo, pero esto es como los colores, sé que tengo algunos gustos raros —todos los tenemos— y que a lo mejor porque no me guste Harry Potter pueda influír. Si la piensan ver en un futuro, quedan advertidos.
El Laberinto del Fauno fue escrito por fael el día sábado 12 de abril de 2008 a las 10:34 p. m.