VIE. 10 JUN. 2011

Alamo Drafthouse Cinema, Una Experiencia Completa

Tuve problemas para ponerle título a este post. La idea central es comentar acerca de una mujer que fue corrida de un cine por utilizar su celular, pero cuando me puse a investigar, encontré mucho más. Y creo que podemos aprender dos o tres lecciones.

La única forma de sobrevivir como negocio es ser diferente. Para ser diferente necesitamos encontrar un elemento con el cual la empresa sobresalga. Tradicionalmente, el enfoque es hacia el precio. Encuentra un proveedor más barato, aprovecha el clima económico y contrata a gente por salarios más bajos o reduce tu personal. El problema es que esta es una fórmula, y es fácil de copiar. Lo mismo con las demás variables: producto, plaza y promoción.

Sin embargo, la experiencia es un factor muy importante. Alamo Drafthouse es una pequeña cadena de cines localizados en el oeste de Texas. Su concepto es tan diferente a uno de un cine que no sé si llamarlo así. Primero, tienen una política muy ruda: si hablas o usas el celular, te sacamos del cine, sin reembolso. Luego, tienen mesas en las butacas. Para qué sacrifican espacio en el que pueden meter más gente, para poner mesas? Porque para comer, venden más que palomitas; hamburguesas, alitas, ensaladas, tiras de pollo, sandwiches, pescado entre otras cosas, y de tomar desde té, café y agua hasta vino, cervezas y shots.
Y de pasada, que su publicidad interior, en lugar de recordarme que las películas pirata se ven mal, me insista en su política de sacar a quien no sabe comportarse (y también hacerme reír).

El modelo del cine es obsoleto. Es de una época tecnológica muy distinta, de cuando no había TVs enormes, de cuando no había sistemas de sonido envolvente, de cuando no había otra forma de conseguir una película reciente. Si el cine quiere vivir, tiene que crear nuevas experiencias.
Drafthouse no ha de ser barato; la comida no lo es —casi todo está a $7 o $10 dólares—, pero yo sí pagaría un poco más, primero, si me garantizan que voy a ver la película sin gente molesta hablando o utilizando el celular y si voy a tener una experiencia única; una mezcla entre un restaurante y un cine.

Normalmente aquí comentaría que cuándo veríamos esto en México. Pero ya perdí la fe —a menos que mañana me gane la lotería y se me ocurra poner un cine—, este tipo de visión es muy pobre en nuestro país. Tengo a Texas cerca, pero estas ciudades me quedan lejísimos. Espero algún día ir y vivir la experiencia personalmente, porque aquí, al parecer, a nadie le importa ser diferente y dar una experiencia irrepetible.

Actualización: Como bien dice olv3ra, hay algo similar con el Cinépolis VIP y aunque la variedad en comida es más amplia, no llega a considerarse de calidad de restaurante. Los asientos son amplios, pero no hay mesa en frente —chequen la foto del Drafthouse— y nadie me asegura que voy a poder disfrutar al 100% de la función.
Lo único que seguramente coinciden es en el precio, pero la experiencia está aún muy lejana.
En lo que me queda una duda es cuál será la política en relación a los niños?

(Perpetrado de reddit)

Alamo Drafthouse Cinema, Una Experiencia Completa fue escrito por fael el día viernes 10 de junio de 2011 a las 8:29 p. m.

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