Alamo Drafthouse Cinema, Una Experiencia Completa
Tuve problemas para ponerle título a este post. La idea central es comentar acerca de una mujer que fue corrida de un cine por utilizar su celular, pero cuando me puse a investigar, encontré mucho más. Y creo que podemos aprender dos o tres lecciones.
La única forma de sobrevivir como negocio es ser diferente. Para ser diferente necesitamos encontrar un elemento con el cual la empresa sobresalga. Tradicionalmente, el enfoque es hacia el precio. Encuentra un proveedor más barato, aprovecha el clima económico y contrata a gente por salarios más bajos o reduce tu personal. El problema es que esta es una fórmula, y es fácil de copiar. Lo mismo con las demás variables: producto, plaza y promoción.
Sin embargo, la experiencia es un factor muy importante. Alamo Drafthouse es una pequeña cadena de cines localizados en el oeste de Texas. Su concepto es tan diferente a uno de un cine que no sé si llamarlo así. Primero, tienen una política muy ruda: si hablas o usas el celular, te sacamos del cine, sin reembolso. Luego, tienen mesas en las butacas. Para qué sacrifican espacio en el que pueden meter más gente, para poner mesas? Porque para comer, venden más que palomitas; hamburguesas, alitas, ensaladas, tiras de pollo, sandwiches, pescado entre otras cosas, y de tomar desde té, café y agua hasta vino, cervezas y shots.
Y de pasada, que su publicidad interior, en lugar de recordarme que las películas pirata se ven mal, me insista en su política de sacar a quien no sabe comportarse (y también hacerme reír).
El modelo del cine es obsoleto. Es de una época tecnológica muy distinta, de cuando no había TVs enormes, de cuando no había sistemas de sonido envolvente, de cuando no había otra forma de conseguir una película reciente. Si el cine quiere vivir, tiene que crear nuevas experiencias.
Drafthouse no ha de ser barato; la comida no lo es —casi todo está a $7 o $10 dólares—, pero yo sí pagaría un poco más, primero, si me garantizan que voy a ver la película sin gente molesta hablando o utilizando el celular y si voy a tener una experiencia única; una mezcla entre un restaurante y un cine.
Normalmente aquí comentaría que cuándo veríamos esto en México. Pero ya perdí la fe —a menos que mañana me gane la lotería y se me ocurra poner un cine—, este tipo de visión es muy pobre en nuestro país. Tengo a Texas cerca, pero estas ciudades me quedan lejísimos. Espero algún día ir y vivir la experiencia personalmente, porque aquí, al parecer, a nadie le importa ser diferente y dar una experiencia irrepetible.
Actualización: Como bien dice olv3ra, hay algo similar con el Cinépolis VIP y aunque la variedad en comida es más amplia, no llega a considerarse de calidad de restaurante. Los asientos son amplios, pero no hay mesa en frente —chequen la foto del Drafthouse— y nadie me asegura que voy a poder disfrutar al 100% de la función.
Lo único que seguramente coinciden es en el precio, pero la experiencia está aún muy lejana.
En lo que me queda una duda es cuál será la política en relación a los niños?
(Perpetrado de reddit)
Alamo Drafthouse Cinema, Una Experiencia Completa fue escrito por @rafael_soto_ el día viernes 10 de junio de 2011 a las 8:29 p. m.
Este post fue etiquetado: cine video marketing cool reflexión
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Comentarios
Aquí en Guadalajara hay un concepto sumamente parecido, el Cinepolis Vip. Es una sala con asientos tipo sillón reposet, bastante espaciados entre ellos y con una mini mesita delante. Cuenta con servicio de mesero, y puedes perdir cosas como sushi, crepas o baguettes hasta Cervezas o cocteles.
De hecho en la última plaza que se construyo (Plaza Andares) Ubicada en la zona más cara y “elitista” de Guadalajara, tengo entendido que no hay salas normales, puras vip.
De las políticas de uso de celular no tengo idea, pero he visto que saquen a alguien por recibir llamadas.
Cabe decir que el costo de entrada se incrementa considerablemente respecto al que normalmente cuesta una sala normal. Si la entrada clásica cuesta $50 pesos, el Vip debe andar ahora en unos $95 o $100 pesos.
Oies men, el tal Pablo de iWiks veo que abrio un blog y su primer palmo de postings dice que tu (soea therror.com) aparte de hackearles el sitio, la hiciste de distribuidor de pornografia en su sitio feo …. como esta eso ?
Checa, este es el post: (pablogrover.wordpress.com)
Saludos !
si usas firefox, pulsa Ctrl+F (buscar) y escribe: “jejeje como hackie”…. Una vez encuentre el fragmento de texto, apartir de hay lee !
Interesante el concepto, por la descripción del restaurant/cine me dan ganas de asistir.
Eso de usar las quejas como publicidad a su favor es una jugada bastante interesante, invita a la gente a aprender a leer las reglas del juego antes de jugar.
Coincido contigo que en México sea difícil aplicar esta clase de políticas sobretodo porque se tiene una idea amorfa de lo que es el servicio al cliente (desde “el cliente tiene la razón” hasta el “ya pagaste y te aguantas”)
olv3ra, jaja, llamarle parecido (y más sumamente) es un insulto para alamo drafthouse. en cinépolis vip te cobran más, pero la comida es realmente más de lo mismo. al menos acá; sushi, chance pizza y dos o tres bocados extra más.
pues sí, podrían haber sacado a alguien, pero no es el foco del negocio. en drafthouse, sí lo es. y eso es privilegiar la experiencia, imho.
anonimo, err.. realmente no me importa lo que diga el tipo ese. saludos.
canofeles, sí, a mí también me dan muchas ganas, pero me queda muy lejos, snif. y no creo que sean esas las razones principales, sino el siempre ha sido así y la falta de enfoque hacia la experiencia, que es un concepto aún muy futurista en nuestro desmadrado país.
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