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Suelen ser tres factores los necesarios para hacer que un mensaje de entre cientos que vemos a diario sea el que se quede en la mente del consumidor. El primero es la emotividad, ya que es el camino más fácil para llegar a una audiencia, ya que racionalmente somos muy exigentes, pero caemos inmediatamente si nos tocan alguna fibra. El segundo es el contenido, ya que si se apela únicamente a la emotividad del mensaje creará un rechazo, recordemos los anuncios del Teletón que muestran a niños con discapacidad. Son tan vacíos y tan fuertes emocionalmente, que muchos preferimos cambiarle de canal para no exponernos a algo tan triste. Y en tercer lugar, la ejecución. De poco sirve un gran mensaje con una magnífica idea si no conquista rápidamente, se ve chafa o resulta predecible.
El siguiente spot hace las tres cosas fantásticamente, es de esos comerciales de perfil bajo que se ven una vez cada dos o tres años.

No quisiera comentar mucho por temor a spoilear, pero no habían pasado 20 segundos y ya estaba enganchado por la aparente rarez del contenido. Agreguémosle que en cuestiones técnicas el no haber corte de cámara le da un toque muy especial.

Y del mensaje, wow. Extraño al principio, el final me soltó un ay, no mames. Y me dolió un poco el corazón. Claro que el spot lo tuvieron que hacer los brasileños, una de los principales mercados de creativos del mundo entero. Puntos agregados por no usar palabras, lo que facilita la internacionalización del mensaje.

(Perpetrado de scaryideas)