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Como casi todo lo que fue creado hace más de cien años, cuando volteamos a ver a la escuela vemos un vestigio del pasado; un sistema que no está dando los resultados que esperamos. Aprendizaje y escuela hace mucho tiempo que dejaron de ser términos complementarios. Muchas veces hemos escuchado que tenemos que ir a la escuela a aprender a pesar de los profesores y cada que conozco más gente, me es más claro que el común denominador es la capacidad de curiosidad, de aprendizaje y de hambre de conocimiento; la escuela tiene muy poco qué ver.

Seth Godin se pregunta para qué sirve la escuela y presenta algunas muy buenas ideas en quince minutos, posiblemente los más importantes que van a tener el día de hoy.

Es claro, la escuela fue creada para apoyar la industrialización, pero la mecanización mata la pasión por lo que queremos hacer y los métodos utilizados no son los adecuados. El punto de los beisbolistas es fantástico; por qué tenemos que saber la historia antes de llegar a lo que nos interesa?

Y ahora, el pensamiento más importante: si es trabajo, intentamos hacer menos; si es arte, intentamos hacer más. Esto explica por qué hay gente mediocre, la razón por la cual no quieren aprender, el motivo de que tantas cosas estén mal hechas. Como experiencia personal, cuando uno se acostumbra a hacer las cosas bien, es asqueroso hacerlas mal, independientemente de las circunstancias.

Con Internet, la educación está cambiando. La escuela también deberá hacerlo, si quiere sobrevivir. Para qué tener miles de profesores dando la misma clase en diferentes niveles de cátedra —desde pésimo o inexistente hasta sublime― si se puede conseguir un Sal Kahn que lo haga para todos. Cuál es el valor de memorizar las cosas, a quién se le ocurrió tal estupidez?
Me gustaría algún día vivir en un lugar donde la escuela fuera un templo del aprendizaje, no de la mediocridad donde depende de la suerte tener un buen profesor.