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GÉNESIS

“Para todas las cosas hay un tiempo de espera, y toda voluntad debajo del cielo, tiene su tiempo determinado” (Ec. 3:1). En otras palabras: Todas las cosas (sucesos) que ocurren en la tierra, se encuentran invariablemente unidas a un tiempo. La variable tiempo nos da la idea que existe un principio y un final para todas las cosas. Hay un principio y un fin para todas las cosas en la tierra.

Por otra parte: “Dios nos habla de vida eterna en el cielo” (2 Co. 5:1). La idea de tiempo en el cielo es muy distinta al tiempo en la tierra. La eternidad en realidad pone abajo la idea de tiempo. Cuando las cosas son eternas, el pasado, presente y futuro se conjugan en una sola cosa (el no tiempo). La eternidad implica estar en todos esos tiempos simultaneamente, en realidad el tiempo no existe.

Esto explica el porqué “Dios es aquel que fue, que es, y que ha de venir” (Ap. 4:8). Dios está en el tiempo, Dios es temporal, Dios es la eternidad del todo. El tiempo es como un trompo girando sobre otro trompo. Nunca está ocupando el mismo espacio y ni tampoco el mismo tiempo (momento). Si uno de ellos se detiene, el otro continúa girando.

Entonces el tiempo está unido al moviminento. Si el movimiento se detiene también se detendrá el tiempo. El tiempo se detiene cuando las cosas detienen su movimiento. Cuando se detiene el movimiento de las cosas, inclusive de los átomos que forman la materia, ésta deja de existir.

Cuando la materia deja de existir, queda solo la energía que le dió su forma (creó). Cuando la materia deja de existir queda solo el Espíritu de Dios (energía vital). Dios es el que crea la materia (da forma), y es también aquel que la destruye.

Dios a la materia no la hizo eterna, Dios a la materia le dió un tiempo (movimiento). La materia se crea, haciendo que la energía gire sobre sí misma. La pérdida de velocidad la hace perder movimiento. La pérdida de movimiento nos trae la idea de tiempo. La confinación en un determinado espacio vacío nos trae la forma (materia).

Dios confinó la energía en sí misma, haciéndola perder velocidad (movimiento). Dando así origen al tiempo, dando así origen a la materia, dando así origen a la creación (Génesis). Dios creó todas las cosas que vemos y la agitó (dió vida).

Nota: La creación (Génesis) no es otra cosa que el Espíritu de Dios (energía vital), unido a un cierto movimineto (tiempo). El mundo material no es otra cosa que la proyección de los pensamientos de Dios. Vivimos en un mundo virtual, donde lo verdadero del mundo solo existe en forma real en la mente y en la imaginación de Dios. Dios está presente en todas las manifestaciones que dieron orígen al universo. Dios está en la gota de lluvia, Dios está en el copo de nieve, y Dios también está en el pétalo de la rosa. ¡No hay existencia sin Dios!