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Un día como hoy pero de 1999, un par de estudiantes de 18 y 17 años asesinaron a 12 personas, entre alumnos y trabajadores de una escuela de Columbine, un pequeño pueblo en Colorado.
A lo largo de una hora, Eric Harris y Dylan Klebold descargaron sus armas e intentaron explotar bombas en un ataque terrorista sin precedentes, mismo que fue planeado durante meses.
Como casi siempre sucede, tras el duelo de la tragedia, el debate comenzó. Harris y Klebold, según los expertos, habían sido influenciados por la música, los videojuegos, abusos de compañeros y una larga lista de objetos traídos directamente desde el infierno.
La facilidad de adquirir armas, la mala reacción ante las alertas de violencia que ambos daban y en general la mala educación por parte de sus padres, sin embargo esto último nada o poco tuvo que ver.

Seis años después, a un loco se le ocurre crear un RPG basado en los lamentables hechos. Indignación y consternación acaparó la opinión pública, pues sólo la idea de tocar un tema tan fuerte y hacerlo un videojuego ponía nerviosos a muchos.
No me ha llamado la atención Super Columbine Massacre RPG, pero parece un videojuego muy bien hecho y sólido, parece que la historia está basada correctamente y mi humilde opinión es al menos darle el crédito al autor de haber hecho un buen trabajo.
Finalmente no sé si como dice el creador, haya sido arte o un esfuerzo por enseñar una lección a quien lo juegue, pero desde entonces fue más claro que nunca: los videojuegos ya no son un entretenimiento, son un medio.

Pero el motivo de este post no es recapitular los hechos ni juzgar los motivadores —en 10 años ha habido suficiente material—, sino para opinar de 10 years later, the real story behind Columbine, un artículo de USAToday de la semana pasada, a lo que tengo un par de comentarios.
Se desvinculan, en primera instancia, los videojuegos, los antidepresivos y la música de los motivadores para cometer esta terrible atrocidad. Diez años después, dicen, los tipos estos eran unos sociópatas que nunca fueron tratados adecuadamente. Uno tenía un complejo de superioridad, el otro tenía una fuerte depresión.
Y en segundo lugar, lo más aterrador de todo. Al final del artículo mencionan que planes anteriores habían incluido bombas caseras que nunca llegaron a explotar, y que el día del atentado también incluía este tipo de ataques, e incluso uno fuera de la institución, pensado en la zona a la que llegarían reporteros, policías y público en general, un estacionamiento en donde habían dejado sus carros, armados con bombas. Pero lo verdaderamente terrorífico es que todo lo hicieron con un presupuesto subsidiado por dos trabajos de medio tiempo en una pizzería. De ser financiados correctamente, o tener un mayor poder adquisitivo, este atentado hubiera marcado un nuevo precedente de terrorismo doméstico, superior al de Oklahoma, en 1995.

Por eso, como en cada ocasión que lo amerita, hago a un llamado a la reflexión, a padres e hijos. Papás, cuiden a sus hijos. Afortunadamente en países latinos aún no llegamos a estos límites porque la familia es mucho más unida, existe una mayor comunicación y la posesión de armas sigue siendo ilegal, pero para toda regla existe una excepción, misma que se puede prevenir detectando las primeras señales de alerta. Hablen con sus chavos, por favor.
Y chavos, sentirse deprimido, mal o angustiado todo el tiempo no es normal. En lo absoluto. Consigan ayuda, alrededor de ustedes hay mucha gente que los estima y que harán lo posible por hacerlos salir de esa mala racha que tenemos todos, en mayor o menor medida.

(Perpetrado parcialmente de Reddit)