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Es rara la ocasión en la cual la solución tecnológica es de menor calidad que la solución manual para un problema de números. Holly y Henry Stephenson tenían un trabajo verdaderamente único: ellos hacían los calendarios de equipos de la MLB.
Desde 1982 hasta 2004, las programaciones de los encuentros entre los equipos fueron realizados a mano, con pluma y papel por este matrimonio.

ESPN, a través de sus documentales 30 for 30 nos inspira con la increíble historia de los Stephenson y el complicado mundo de los calendarios en el baseball. Ellos son The Schedule Makers.

Nunca le puse mucha atención a esto, pero es evidente que alguien tenía que hacerlos. Lo que jamás me iba a imaginar era la serie de complicadas reglas que se tendrían que seguir para programar los juegos de una temporada. Y por si estas condiciones no fueran suficientes, los equipos mismos tienen sus caprichos, así como las televisoras.

Tan sólo con pensar de las condiciones que tenían que cumplir, ya me duele la cabeza. Ellos dos son unos genios, porque además pocos pueden decir que compitieron con las mentes más brillantes de las universidades en Estados Unidos —Carnegie Mellon, Stanford, el mismísimo MIT— además de empresas del calibre de IBM, sólo para salir victoriosos, año tras año.

Al final, me parece que la tecnología no es la culpable de eventos como la despedida de Mariano Rivera lejos de su estadio. Creo que es evidente que quien haya diseñado ese sistema, no le dio importancia a estos hechos, detalles que los Stephenson se aseguraban de cuidar.
La tecnología sólo es una ayuda, difícilmente podrá hacer la totalidad del trabajo sin una —o dos— mentes que evalúen el resultado.

(Gracias a @Ozmonk por el tip)