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Hacer un juego es difícil. Muy difícil, de hecho. No sólo es la mezcla de varias técnicas artísticas como sonido, ilustración, literatura —que ya son por sí mismas complicadas—, el hecho de que sea un medio interactivo da pie a una serie de complejas situaciones que podrían arruinar la experiencia. Por citar un ejemplo, cada vez que juego Zelda, me maravilla el hecho de que en los castillos no haya una forma de utilizar una llave en el lugar equivocado, y que por lo tanto no pueda seguir avanzando. Esta aparente nimiedad es deliberada; alguien diseñó el nivel para que no sucediera esto.
Además, en el proceso de creación hay veces en las que sentimos que tenemos más experiencia que cuando empezamos, y vemos que los primeros meses de trabajo no se hizo tan bien como debiera, y llega la tentación de volver a empezar, pero ahora bien.

The Game That Time Forgot es la historia de un videojuego que tardó 13 años en ser lanzado, un joven británico de tan sólo 14 años lo comenzó y fue lanzado finalmente por un hombre de 27. Este es el recuento de Adam Butcher acerca de lo que sucedió en todo ese tiempo, y las lecciones aprendidas.

Les seré sincero; al principio, el video no me llamaba mucho la atención. Sin embargo, está tan bien ejecutado y es tan educativo que superó mis expectativas. Esta es una breve guía que debería tomar en cuenta cualquiera que desee hacer un juego.
Y como siempre, tengo que mencionar a The Art of Game Design, el libro más educativo que he leído, útil para todo público.

Resulta que Adam Butcher es el mismo que hizo Internet Story, un video que había olvidado por completo y que tuve la oportunidad de verlo otra vez, y disfrutar de la misma forma que lo había hecho la primera vez.
Aplausos a Adam por compartirnos de una forma tan entretenida sus conclusiones, y por terminar un proyecto que parecía eternos. Esperemos siga el mismo camino, pero acelere los procesos.

(Perpetrado de reddit)

P.S. This is Phil Fish Aparentemente odiar al creador de FEZ es la moda. Personalmente, no me cae mal. Lo que sucede es que el reflector cambia el contexto de las cosas, y resulta que, además, muchos estábamos equivocados de lo que él es y ha hecho.