It’s All Part Of A Bigger, Master Plan
Cuando entré formalmente al mundo laboral, como muchos, lo hice trabajando en la iniciativa privada. Fuera de que me pagaban mucho menos de lo que valía, sabía que una vida en la escalera corporativa no era parte de mi plan. Poco tiempo después entré a gobierno y a estudiar la maestría; el trabajo era más satisfactorio y los horarios más relajados. El problema con gobierno es que los puestos tienen una fecha de caducidad, independientemente del desempeño.
Aquí es cuando les podría decir que siempre he tenido la espinita de ser emprendedor —que sí es cierto—, y que he sido un emprendedor serial —que es una frase hueca; quien de verdad ha sido exitoso en varios negocios no lo pone así—. La realidad es que la vida que buscaba era una en la que mi estabilidad económica, laboral y emocional dependiera de mi esfuerzo y mis resultados—y no de la percepción de estos para con algún superior.
Además del hecho de que siempre me ha gustado trabajar en productos propios; pero es virtualmente imposible venderle 40 horas a la semana a una empresa y todavía tener tiempo, energía y entrega para dedicarle a otro proyecto. Y no digamos si queremos que este tenga éxito.
Incluso en los tiempos muertos, sería desleal de mi parte destinarle tiempo a cosas personales, cuando es la empresa la que me ha comprado ese tiempo.
Casi sin saberlo, todas estas variables se fueron mezclando para crear un plan maestro de lo que sería mi vida. Uno que, si se ve desde afuera, parece perfecto, con tiempos cuidadosamente definidos y avances sustanciales. La realidad es muy diferente; ha habido tropiezos, altibajos y momentos de desesperación, pero estoy seguro que ningún camino nuevo tiene un sendero pavimentado.
El primer paso de este plan era llegar a un lugar con ideas más grandes. Pocas palabras me elevan el ego como cuando me dicen «diferente». Desde muy pequeño comprendí que era muy difícil ser el número uno en el mundo, así que traté de encaminar mis esfuerzos a no ser lo mismo que los demás. Diferente es bueno, es fresco, es original, es vistozo; puede no ser mejor, pero llama la atención porque es escaso. En Chihuahua me lo dijeron mucho, pero creo que difícilmente alguien iba a encontrar en mi el valor que yo quería dar. Además, la competencia es algo bueno—estando en una ciudad más grande, me voy a medir mejor.
Y es así como un niño de un pequeño pueblo llegó al D.F..
El siguiente paso sería independizarme. Necesito ser dueño de mis horas, de las más posibles, para empezar a dar valor a través de un producto y no de un servicio; para dejar de ser freelancer y comenzar a ser emprendedor. Una hora de mi vida la puedo vender sólo una vez, un producto puede resolver una necesidad, y se puede vender 100 veces. Pero para poder tener ese producto, necesito libertad.
Parte de esta independencia es armar un equipo con el que podamos hacer sinergia y creer en poder generar soluciones; un grupo de personas dentro y fuera de la empresa en forma de colaboradores y partners.
Dar un servicio está bien, pero es sólo un paso del plan maestro.
El tercer y último paso es encontrar una necesidad, trabajar en su solución y ofrecer un valor que supere por mucho el precio de este. Luego, buscar otro problema, encontrar su solución y repetir.
En este sentido, osom se debe convertir en una empresa que brinda servicios y ocasionalmente hace productos, a una empresa que hace productos y también brinda servicios.
Evidentemente el camino no ha sido nada sencillo, y ha habido tropiezos. Los mitos del emprendimiento son exagerados—la incertidumbre está a flor de piel, y es algo que creo que nunca se va, solamente aprendemos a lidiar con ella. Las horas de trabajo, lejos de ser menos; son más. Hay más responsabilidades y si uno no las hace, nadie las va a hacer.
Lo bonito de esto es que he aprendido a tomarlo con calma, incluso si el plan se desvía. He aprendido a internalizar y decirme a mi mismo, que esto que sucedió, por más negativo que sea, es parte de un plan mucho más grande, un plan maestro. Uno se sacude las manos y sigue trabajando.
Yo no sé si el producto actual va a ser el exitoso, el que cierre el plan maestro. Lo que estoy seguro es que habrán más, y que lo peor que pueda suceder es volver a formarme en la escalera corporativa. Pero el plan maestro va a seguir.
Y ustedes, en qué consiste su plan maestro?
It’s All Part Of A Bigger, Master Plan fue escrito por @rafael_soto_ el día miércoles 7 de octubre de 2015 a las 9:05 p. m.
Este post fue etiquetado: reflexión trabajo artículos cool personal
22 años haciendo sitios web
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Comentarios
muy inspirador tu post un aire fresco entre tanto ruido de emprendedurismo que nos invade; me identifico mucho con tu caso ya que estoy en ese punto de mi vida en el que continuo en la escalera infinita laboral o me atrevo a convertir mis proyectos en productos. te felicito y te deseo la mayor de la suerte (entiéndase suerte como paciencia y determinación) de parte de otro emprendedor de la provincia
KimmyYou were born a leader. The proof is in the pdndiug. Just take a look at the positive change you’ve had since joining. Let’s be honest here because initially your ideas ruffled feathers and it was a hard sell to the employees. The reason is because nobody had ever been told before what to do or how to do it . We were all on auto-pilot and loving it (easy breezy beautiful) but your vision and your ability to sell your ideas has been quite successful, in my opinion. I too was one of the persons whose feathers felt ruffled but that was due to my own vision being blurred whereas yours was clear from day one. Bravo!
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