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No dudo que haya grandes ventajas al conseguir capital para emprender, crecer o potencializar una empresa o un producto—un equipo que pueda desarrollar todo su potencial, una fuerza de ventas o simplemente tener la tranquilidad de que no es necesario hacer una venta ya para seguir en pie.

Pero a veces pienso que parece ser la única forma. Si tuviera cien mil dólares, podría rentar una oficina, contratar a gente talentosa, guiar a la fuerza de ventas, hablar con los clientes y construir una gran solución…
Este no es el único camino, Mailchimp, 37 Signals y Github son algunos ejemplos de negocios que triunfaron sin capital. De hecho, Github fue redituable desde el primer mes.

Creo que ahí radica la clave: es mejor obtener la inversión de parte de clientes, individuos y empresas satisfechas con el producto. O como dice Seth Godin, vender algo de forma repetida es el por qué haces este trabajo.

Con Box Factura no buscamos capital; buscamos clientes a los que podamos satisfacer sus necesidades y solucionar sus problemas, si cortan un cheque para nosotros, no sólo estamos ganando dinero y financiando la empresa—también estamos validando el producto.

Pero las razones más importantes son filosóficas y personales: no soy bueno pidiendo dinero, ni gastando invirtiendo capital ajeno, ni creo poder ver a la cara a aquella persona que confió en mi y que ahora su dinero se ha desvanecido. También creo que al tener recursos limitados, podemos enfocarnos a lo que es importante: tener el producto listo para la primera venta.

La pregunta aquí es: necesitas la inversión, o simplemente no quieres arriesgarte demasiado?