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La capacidad de reinvención de Nintendo nunca deja de sorprender. Después de un fracaso de su última consola, había muchas dudas de un supuesto híbrido de consola casera y portátil.

Nintendo encontró redención primero con su filosofía de innovación en tecnología pasada, y segundo, con sus juegos. Zelda: Breath of the Wild fue el primer ejemplo; una aventura que pocos creímos posible; fue una apuesta arriesgada, valiente y magnífica. Serio competidor para GOTY. Y en ocho meses lo vuelven a hacer con Mario Odyssey.

No recuerdo haber encontrado tan fascinante un juego, probablemente desde Mario 64. Normalmente las innovaciones provienen de los extremos —de los indies, de los que no tienen nada qué perder; no de gigantes—, pero esta vez lo han logrado. Han encontrado un gran concepto —aventar la gorra de Mario— y han creado una gran experiencia lograda a través de pequeñas interacciones. Capturar a enemigos y usar sus habilidades es una forma muy creativa de mantener frescas las experiencias; de no hacer tan repetitivo a un personaje que históricamente su única habilidad ha sido saltar.
E incluso en los saltos han conseguido renovar la fórmula; Mario es increíblemente versátil con sus movimientos, y el juego es accesible para jugadores casuales, pero al dominar las habilidades enlazando saltos, clavados, utilizar la gorra y las plataformas, verdaderamente tenemos un juego nuevo y diferente. Una cosa va a ser disfrutar el juego, y otra es ver los speedruns.

Mario Odyssey no es perfecto, pero si las críticas más grandes están en torno a los problemas de que ciertos movimientos no son posibles de realizar sin los motion controllers —un desafortunado efecto secundario de la versatilidad del Switch—, entonces significa que Nintendo lo ha hecho otra vez en el mismo año. Lo que más emociona es que la consola es joven, y apenas estamos comenzando.

P.S. Design Behind Super Mario Odyssey Gran video como siempre por parte de Game Maker’s Toolkit.