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Lo que un día comenzó como una brillante pieza de ingeniería, una pobre planeación y malas decisiones la convirtieron en un dolor de cabeza de millones de personas, por casi dos décadas. Internet Explorer nació para derrocar a Netscape, mostrando que Microsoft, incluso en un mercado que no le interesaba, podía ser el #1 sin mucho esfuerzo.

Ya sin competencia, las innovaciones pararon por mucho tiempo, y aquella versión 6 de Internet Explorer parecía que nunca iba a morir, y tanto usuarios como profesionales de la web fueron víctimas de estas malas decisiones, que comenzaba con la falta de un servicio de auto actualización. Incluso instalando versiones más nuevas, la situación no cambiaba mucho. Pocas personas en la historia de la humanidad podrán presumir ser la principal causa de millones de horas hombres perdidas—un equipo de ingenieros en las oficinas de Microsoft pueden alardear este bizarro logro.

El fin de IE comenzó probablemente en 2005 y fue un esfuerzo masivo y progresivo; Google pagaba $1 dólar por cada instalación de Firefox, luego YouTube puso un banner invitando a sus usuarios a actualizar su navegador y muchos fuimos los que instalamos otro navegador en las computadoras de nuestros familiares. Y a pesar de eso, el cambio no fue contudente; las estadísticas marcaban que IE aún seguía siendo usado por un porcentaje de usuarios, dejarlos fuera significaría descuidar un sector de potenciales clientes, y ninguna empresa quería darse ese lujo.

Nadie pudo dar la estacada final, ni el mismo Microsoft. Incluso presentando a su sucesor en 2015, al que nombró Edge, Internet Explorer se resistía a morir, pero sus estadísticas ya eran tan pequeñas que en comparación al esfuerzo necesario para hacer un sitio web compatible, se podía ignorar. Hoy, en teoría IE muere, pues ya no va a recibir actualizaciones por parte de Microsoft, pero la realidad es que quien quiera usarlo, será libre de seguirlo haciendo, aunque extraoficialmente ya tiene por lo menos cinco años que no es considerado seriamente.

Levantemos la copa y hagamos un brindis por este maldito bastardo y esperemos que el siguiente sea Safari.